Espacio destinado a la divulgación de mi obra poética. También muestra algunas de mis preferencias literarias, musicales, cinematográficas o artísticas en general.



jueves, 30 de octubre de 2014

WAYNE SHORTER EN MADRID

  Wayne Shorter… no hace falta ser muy entendido en jazz para que este nombre se nos venga a la cabeza junto a otros adalides del género como Miles Davis, John Coltrane o Herbie Hancock, y agrupaciones legendarias como los Jazz Messengers de Art Blakey o el mítico Weather Report. Con todos ellos colaboró en algún momento Shorter, artista poco dado a la autocomplacencia y que se declara en permanente estado de excepción. Para él, pues, el arte promueve una aventura que permite transitar de la luz a la tiniebla, del cosmos al caos, de la subyugante melodía al expansivo guirigay sonoro.  

  
   El público de la sala grande del auditorio comienza a inquietarse: casi quince minutos de retraso y la leyenda no comparece. Incluso alguien insinúa una espantada. Pero no: por fin entra el cuarteto en escena. Shorter va vestido de negro y camina achacosamente. Toma asiento junto al piano de Danilo Pérez y sus dos relucientes saxos, y el vehículo arranca. Enseguida, tras el lógico tanteo entre los músicos, una atmósfera de aquilatada belleza nos envuelve, como un brumoso amanecer que no obstante preludia un soleado mediodía. El saxo tenor comienza sonando a bocina de barco antiguo, el bajo le apoya inicialmente con arco en mano, se suman piano y batería y nos adentramos en un amplísimo movimiento que constituirá el cogollo del concierto. La compenetración entre los miembros del cuarteto es absoluta, e igualmente deslumbra  el virtuosismo y versatilidad de los acompañantes de Shorter: todos se acomodan perfectamente a sus volutas, desmelenándose o apianando con absoluta fluidez, sin que en modo alguno tengamos la impresión de que el líder les impone sus criterios. Éste, por su parte, tomará posteriormente el soprano para explorar ámbitos más diáfanos y afirmativos, en los cuales un ritmo in crescendo acaba resolviéndose en estallidos esporádicos. Parece que no anda mal de pulmones, que a sus 81 años sabe y puede administrar con perspicacia sus limitadas energías.
  Después de esta primera gran sección, dos piezas de menor envergadura nos dejarán más en tierra firme, como si aterrizásemos o desembarcásemos de un viaje hipnótico donde el variopinto público, por entusiasmado que se halle, no osa aplaudir más que en las pausas: y es que algo de reverencial sí que hay en este concierto, que concluye con efusiva ovación al cuarteto y subsiguiente propina. 
  Al salir uno se queda con la gozosa sensación de haber asistido a algo grande: la enorme intensidad emocional que nos ha zarandeado es prueba inequívoca de ello. No sé: quizá los no muy versados en esto del jazz, como es mi caso, seamos más proclives a sorprendernos por los infinitos matices de una música de tan difícil encasillamiento, libre e imaginativa por antonomasia con permiso de cualquier taxonomía.


WAYNE SHORTER QUARTET

Wayne Shorter, saxo tenor y soprano.
Danilo Pérez, piano
John Patitucci, bajo
Brian Blade, batería

Auditorio Nacional de Música –Sala Sinfónica–  Madrid, 26/10/14
      

 © Álvaro César Lara, 2014 - Todos los derechos reservados

1 comentario:

  1. Yo no entiendo de jazz, pero según voy leyendo tengo la sensación de vivir lo que dices

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