Presento hoy una traducción propia del poema “La noche transfigurada”,
del poeta alemán Richard Dehmel (1863-1920), en el que se basó un joven Arnold
Schönberg para la composición de su homónimo opus 4.
A modo de los poemas sinfónicos prodigados por
Richard Strauss, la obra, un sexteto de cuerdas dividido en cinco secciones,
transcribe los sucesos y estados de ánimo descritos en el poema, aunque la
música es de tal intensidad, dramatismo y belleza que emociona por sí misma. A
estos efectos, la llevanza de la tonalidad hasta su límite permite caracterizar
una densa atmósfera de elevada e
inquietante concentración lírica, de modo afín a los procedimientos wagnerianos.
El paso hacia la ruptura del sistema tonal estaba, pues, ya sin remedio
prefigurado.
Concluída en 1899 y estrenada en 1902, la partitura
fue objeto de una posterior transcripción para orquesta de cuerdas realizada
por el mismo Schönberg, y es ésta la forma más frecuente de interpretarse en
las salas de conciertos.
Como todos
sabemos, no son pocas las dificultades de traducir del alemán, máxime en
poesía. Puedo asegurar que he puesto todo mi empeño en no perturbar demasiado
el aliento y ritmo poéticos, por lo que me he alejado de la literalidad cuando
lo he creído necesario. Traducciones literales hay muchas; poéticamente
válidas, bastantes menos. Espero estar a la altura.
Nota: Pongo
enlace en YouTube a la versión orquestal de Barenboim con la Chicago Symphony , si bien
recomendaría la de Pierre Boulez con la New
York Philharmonic (años 70), a mi juicio extraordinaria.
NOCHE
TRANSFIGURADA
Dos tipos cruzan una fría y
desnuda arboleda.
Ambos observan cómo la luna que
los alumbra
planea sobre los altos robles: ni una
sola nube
enturbia ese cielo, en cuya luz se
funden las negras
[copas.
Se oye a una mujer decir:
—Llevo
en mi seno un hijo y no es tuyo:
contigo estoy yendo en pecado.
He atentado gravemente contra mí
misma,
pues aun creyendo que jamás podría
ser feliz,
sentí un enorme deseo de conocer la
plenitud
y la alegría de ser madre, y por
eso me atreví
a entregar mi tembloroso cuerpo en
los brazos
de un extraño, del cual quedé
preñada.
Y ahora la vida se ha tomado
venganza
haciendo que tú te encuentres
conmigo.
En su incierto caminar, ella
levanta la vista,
contempla la luna y sus oscuros
ojos se llenan
de luz.
Acto seguido, se oye a un hombre
decir:
—Entonces,
que este hijo que has concebido
no suponga una carga para tu alma:
¿acaso no ves cómo el universo
resplandece?
Bajo este esplendor navegamos sin
rumbo
sobre un gélido mar, mas una
especial tibieza
fluye de ti a mí y de mí a ti, y esto
transfigurará
a este hijo de otro: tú lo
llevarás como si fuera mío,
porque tú me has traído la luz y a
mí mismo
me has convertido en niño.
Él la abraza de sus fuertes
caderas;
sus alientos se mezclan con la
brisa.
Una pareja atraviesa la prominente
y fúlgida noche.
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(Versión original)
Verklärte Nacht
Zwei Menschen gehn durch kahlen,
kalten Hain;
der Mond läuft mit, sie schaun
hinein.
Der Mond läuft über hohe Eichen;
kein Wölkchen trübt das
Himmelslicht,
in das die schwarzen Zacken
reichen.
Die Stimme eines Weibes spricht:
Ich trag ein Kind, und nit von
Dir,
ich geh in Sünde neben Dir.
Ich hab mich schwer an mir
vergangen.
Ich glaubte nicht mehr an ein
Glück
und hatte doch ein schwer
Verlangen
nach Lebensinhalt, nach
Mutterglück
und Pflicht; da hab ich mich
erfrecht,
da ließ ich schaudernd mein
Geschlecht
von einem fremden Mann umfangen,
und hab mich noch dafür gesegnet.
Nun hat das Leben sich gerächt:
nun bin ich Dir, o Dir, begegnet.
Sie geht mit ungelenkem Schritt.
Sie schaut empor; der Mond läuft
mit.
Ihr dunkler Blick ertrinkt in
Licht.
Die Stimme eines Mannes spricht:
Das Kind, das Du empfangen hast,
sei Deiner Seele keine Last,
o sieh, wie klar das Weltall
schimmert!
Es ist ein Glanz um alles her;
Du treibst mit mir auf kaltem
Meer,
doch eine eigne Wärme flimmert
von Dir in mich, von mir in Dich.
Die wird das fremde Kind
verklären,
Du wirst es mir, von mir gebären;
Du hast den Glanz in mich
gebracht,
Du hast mich selbst zum Kind
gemacht.
Er faßt sie um die starken
Hüften.
Ihr Atem küßt sich in den Lüften.
Zwei Menschen gehn durch hohe,
helle Nacht.
© Richard Dehmel. All rights reserved
© De la traducción y texto: Álvaro César Lara, 2013 -
Todos los derechos reservados
¡Simplemente magnífico! Muchísimas gracias por la traducción.
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias, lo leo mientras escucho a Schoenberg y pienso en el vinculo entre poesía y música.
ResponderEliminarMuchas gracias
ResponderEliminarGracias <3
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