Reposa un cuerpo, y el otro
observa cómo la primera luz
recompone sus fragmentos.
Sueño que es placer del otro
cuerpo,
mirada que es sólo límite
de un párpado que sueña.
Entre ellos, dos inmóviles
lazos,
dos manos suspendidas,
ahora sobre un muslo, ahora
sobre un regazo.
Sueña la belleza
que el deseo la protege.
(Inédito)
© Álvaro César Lara, 2016 - Todos los
derechos reservados
Precioso el poema, Alvaro! Abrazos desde Bruselas
ResponderEliminarHermoso poema. Me gusta mucho la sencillez en la exposición, el minimalismo lleno de ecos y matices. Crea ambiente, sugiere como un cuadro de Edward Hopper. Felicitaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Siempre gratifica conocer la impresión producida en el lector.
EliminarEmoción y contención: elegancia de estilo y resonancias de afectos.
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