Vivaldi y Scarlatti unidos en concierto
—con una pincelada de Händel como broche- es una pesquisa de proporciones
áureas para cualquier melómano, acaso enaltecida al compás de la memoria de ese
alucinado Concierto Barroco de Alejo
Carpentier, que con tanta maestría y desparpajo fabuló el triple encuentro de Doménico,
el Pelirrojo y el sajón del carajo en el veneciano Ospedale della Pietá.
Mucha luz y mucho ritmo, en efecto, hay en estas músicas, por más que
los tiempos lentos vivaldianos se conduzcan por los cauces de la más desfondada
melancolía, la cual también se deja ver, aunque menos, en algunas sonatas de
Domenico Scarlatti —recordemos, por ejemplo, la maravillosa K. 208—.
Y Luz mediterránea es
precisamente el título del estupendo recital que ofreció la reputada agrupación
ll pomo d´Oro dentro del ciclo Universo Barroco del CNDM, en un
programa integrado por obras de Vivaldi y Scarlatti-Avison donde sobresalieron
las espléndidas versiones de tres de los conciertos para violín y orquesta del
veneciano, y en particular la muy emotiva interpretación del RV 242, cuyo movimiento lento dejó
pasmado al público en uno de esos silencios al borde del abismo que por sí
solos justifican la asistencia a un concierto. El brillante violinista y
director ruso Dimitry Sinkovsky extrajo de su magnífico instrumento (un Francesco
Ruggeri de1680) un sonido bellísimo, de perfil redondeado y corpóreo, inserto
en un planteamiento global minimalista (quizá demasiado escueto: seis
instrumentistas de cuerda contando al propio solista, más un clavecín y ningún
instrumento de cuerda pulsada) de incisividad penetrante aunque no arrolladora:
un Vivaldi equilibrado, sin excesos, muy camerístico y de intachable estilo,
que aseguró un muy merecido éxito a la velada, recompensada generosamente con
cuatro propinas, dos de ellas en extremo sorprendentes para quien —como yo—
desconociese la faceta de contratenor de Sinkovsky, que se desmarcó con sendas
arias de Albinoni (ll Nascimento de
l'Aurora) y Händel (Rinaldo), de
las que a mi juicio fue claramente superior la interpretación de la primera de
ellas. Y a las cuales se sumaron, antes, una rotunda versión del final de El Verano de las Cuatro Estaciones y, por último, la repetición de uno de los
movimientos del propio concierto.
Luz
mediterránea. Programa
Antonio
Vivaldi (1678-1741)
Concierto
para violín, cuerdas y bajo continuo en do mayor, RV 177 (ca.1720/40)
Domenico
Scarlatti (1685-1757)
Sinfonía
en do mayor para cuerdas
A.Vivaldi
Concierto
para violín en re menor, RV 246 (1729)
Sonata
a 4 ‘Al Santo Sepulcro’, para dos violines, viola y bajo continuo en mi bemol
mayor (versión para cuerdas), RV 130 (1728)
D.
Scarlatti / C. Avison
Concierto
no 3 en re menor para cuerdas (1744)
A.
Vivaldi
Concierto
‘Per Pisendel’, para violín, cuerdas y bajo continuo en re menor, RV 242, op.
VIII/7 (1725)
IL
POMO D’ORO
Dmitry
Sinkovsky Violin
Madrid,
9/4/2015
© Álvaro César Lara, 2015 - Todos los
derechos reservados
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